En muchas ocasiones las estrategias fracasan debido a que no son ejecutadas y con gran frecuencia el motivo principal no es porque las organizaciones no sean capaces de hacer que ocurran o que los líderes subestimen los retos que sus compañías encaran día tras día; ocurre porque dichas estrategias se quedan en el papel y no hay quién de seguimiento.
La ejecución de proyectos no es solamente una táctica, es una disciplina y un sistema, la cual se deben trabajar dentro de las estrategias y objetivos de la empresa; convertirla parte de la cultura empresarial, ya que las organizaciones que se orientan a la ejecución cambian más rápidamente que las demás debido a que están mucho más cerca de la situación real.
La ejecución es el mejor medio para lograr los cambios y la transición y es mucho más eficaz que las mismas cultura y filosofía que la empresa pueda manejar, sin embargo debe caminar de la mano con el líder de la empresa, quien debe estar comprometido profundamente con su organización.
Una organización puede ejecutar la estrategia si el líder está inmerso en la compañía, ya que permite la implementación de la misma en un proceso encaminado a la ejecución, promoviendo el logro de las metas e incentivando a su equipo.
Además si el líder está involucrado en el negocio, el mismo puede tener una visión amplia y puede establecer el diálogo en la empresa, esto permitirá que las estrategias se cumplan y logren el éxito esperado.